El 43 Salón (inter) Nacional de Artistas Saber Desconocer, se inauguró en Medellín en el año 2013. La iniciativa del Ministerio de Cultura de Colombia con su programa de apoyo al arte contemporáneo y la alianza con la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín, fueron las que permitieron continuar con dicho evento. Éste introduce una modificación al nombre que se ha mantenido por tradición (“inter”), por una especie de resistencia a una realidad apremiante que todo lo desaparece. La adición del “(inter)” busca evidenciar la apertura del salón a la escena internacional – ya presente en las dos versiones pasadas – al tiempo que da cuenta del interés por proponer lecturas, fortalecer diálogos y establecer redes entre la producción artística local, nacional e internacional. La curaduría del 43 Salón (inter) Nacional de Artistas trabajó a partir de dos ejes conceptuales: SABER, en cuanto a la revisión del canon desde los saberes tradicionales y el reconocimiento de la importancia de los mismos, en su calidad de narrativas de origen y arraigo. En donde se identificó el Saber como una metáfora de la importancia que tiene el reconocimiento de un contexto específico, de las tradiciones del territorio y los conocimientos que allí se han desarrollado. Pero por otra parte, la exposición reconoce que paralelo al Saber existe un DESCONOCER que acepta la suspensión de significados unívocos y permite la apertura a la duda, a la ambigüedad y a la incertidumbre, las cuales generan la promesa de la novedad. Desconocer se reconoce como metáfora de la posibilidad de escapar o navegar hacia nuevos presentes y futuros distintos; es tanto la proliferación de caminos y la capacidad de desligarse de lugares específicos y tradiciones, como también el impulso y la expansión necesaria para emprender un viaje sin dirección, para la exploración del inmenso océano, la selva o el espacio sideral de lo desconocido. Es así como, SABER y DESCONOCER, dos conceptos aparentemente contradictorios se unieron en el Salón (inter) Nacional de Artistas, para que su oposición creara un nuevo significado. En breve, a lo largo de la exposición algunas obras operaron bajo el Saber, mientras que otras bajo el Desconocer. Sin embargo, entre las dos se creó una tercera categoría que, como un chamán, reconcilió la dicotomía entre lo que se sabe y se desconoce. El Salón se compuso de exposiciones colectivas y una serie de proyectos individuales de artistas, algunos de los cuales fueron comisionados específicamente para esta ocasión. De esta forma, reunió tanto obras ya existentes como nuevas de 108 artistas colombianos y de otras nacionalidades.