Desde la contemplación en el confinamiento el funcionamiento del barrio se develó ante mi ventana de una manera diferente, por varios meses el movimiento acelerado se detuvo por la amenaza de una pandemia y sin el flujo constante de personas entre las calles la cotidianidad se transformó radicalmente. Ante la ausencia de estos individuos, aparecieron otro tipo de cuerpos deambulantes por estudiar y entender, ya que estos cuerpos inertes eran capaces de reactivar la vida en cada vivienda y motivar la organización de la comunidad en busca del bienestar colectivo. De tal forma que, la consideración del protagonismo por parte de una bolsa con determinadas características, funciona como metáfora y analogía de las implicaciones que conllevaba su existencia como contenedor del vacío dentro del espacio doméstico, dentro de las cuadras del barrio, de la ciudad y el país en tiempo de crisis económica local y global.

El vacío como contenido se revela en un principio desde la contemplación, la bolsa deambulando al ritmo del viento entre las calles, de cierta forma tiene vida, esta vida la obtiene gracias a que ningún elemento consistente le da forma o sentido al contenedor, el vacío empieza a aparecer y como si fuera una dupla natural la reacción del movimiento lo acompaña, la bolsa flota. Luego se presenta la misma situación dentro del hogar, el apartamento, la casa, las cuadras del barrio, aquella bolsa y el vacío que ya no provoca un movimiento de ligereza o levedad producto del juego con el viento, sino que provoca un movimiento angustioso, como un reflejo de necesidad de supervivencia en los cuerpos que son testigos y conscientes de su existencia, la bolsa debe llenarse de comida.

Este movimiento angustioso y primitivo se caracteriza por forzar a los sujetos a retomar los instintos de defensa primordiales para vivir y defender su bienestar. En este momento se acaba la contemplación porque sentir el vacío de la bolsa de mercado produce angustia, la promesa de un respaldo económico por parte del estado que no llega produce incertidumbre y ante las señales de ligereza de la bolsa que disfruta del viento en tiempos de crisis, el barrio como primer rizoma identificado, actúa. De la contemplación a la acción el barrio se levanta desde la autogestión y el autocuidado, como un motín o una revuelta de bolsas vacías en busca de su contenido.

Fragmento del informe del artista