Proyecto:
En un resumen general, la búsqueda de los pintores, se realizó a partir de trabajos de campo en los diversos barrios populares tanto de la ciudad de Barranquilla en los cuales visitaba las tiendas para identificar, a través de las pinturas que allí encontraba, los contactos que por lo general los pintores dejaban anotado bajo su firma. Cuando no había ningún tipo de identificación, me dirigía directamente al tendero o a clientes de esos establecimientos, quienes me orientaban con los datos que me permitían rastrearlos para ubicar su paradero. De los que conseguía su contacto telefónico los llamaba y programaba un encuentro para realizar las pinturas. La misma metodología se realizó en Santa Marta, Cartagena y los municipios del Atlántico donde se realizaron las incursiones. Esta actividad de trabajar con los pintores en sus lugares de origen o que frecuentaban por su trabajo, la cual se había proyectado desarrollar hasta la semana previa a la inauguración de la exposición, se tuvo que cancelar debido a la pandemia que obligó al gobierno a decretar cuarentena nacional.
Los encuentros con los pintores variaban en sus dinámicas pues tocaba tener en cuenta las distancias a donde me tocaba desplazarme, el lugar donde se realizaban los trabajos, el ambiente del lugar escogido para trabajar, e imprevistos que nunca faltaron. Generalmente, para cada incursión invertía un día en el que nos encontrábamos en horas de la mañana, tipo 9:00 – 10:00, realizábamos el trabajo, y conversábamos sobre su vida personal, profesional y diversos temas concernientes a la cultura popular de la región. Por lo general los invitaba a almorzar y luego por la tarde, cuando volvía al estudio que alquilé para realizar el proyecto, catalogaba las obras en un archivo digital y realizaba los pertinentes procesos para curar la madera donde se había realizado la pintura, como también la protección de los pigmentos empleados. Si bien alcancé a realizar incursiones en Santa Marta (donde alcancé a trabajar con uno de los pintores) quedaron canceladas Cartagena, Mompóx y San Basilio de Palenque. Sin embargo, debo anotar, que la mayoría del proyecto lo desarrollé en Barranquilla dado que fue gratificante descubrir que es un lugar que cuenta con una gran cantidad de personas dedicadas a este oficio, a pesar de las complejas condiciones de marginalización y subsistencia que en su mayoría enfrentan a diario. Únicamente conocí a dos pintoras, con una, Maya, tuve la oportunidad de trabajar y con la otra, Nélida, quedó cancelado el encuentro.
Si bien quedó pendiente el encuentro con varios de los pintores con los que ya se tenían programadas las fechas para trabajar, se logró realizar las actividades con alrededor del 80% de la población del total que se había propuesto realizar para la convocatoria. Queda pendiente reanudar las actividades con los pintores con quienes debió suspenderse el trabajo y continuar en el futuro con otras regiones que me permitan abarcar de una manera más amplia con el proyecto. Para esta proyección estoy planeando abarcar todo el litoral Caribe, incluyendo el insular.
Fragmento del informe del artista